¡Uh! Que pequeñito que es.
Cuatro cuerdas cantarinas
que divierten e iluminan
y hasta baila don ciempiés.
Al derecho y al revés
salta esta gran canción.
Estremece el corazón
y te hace entender
lo importante que es querer
hacer todo con pasión.
Todos los peques... humanos y ukeleles... tienen derecho a jugar
con la música. Sean bienvenidos a
nuesto canto.